El asilo de Benalúa, patrimonio histórico de Alicante, ubicado en una manzana de más de casi siete mil metros cuadrados entre los barrios de Benalúa, La Florida y Babel, con una edificación en tres alturas de otros tantos metros cuadrados de techo, con iglesia del XIX (en la que, entre otros próceres alicantinos, descansa el Marqués de Benalúa), que por tener tiene hasta un teatro en su interior, además de extensas zonas ajardinadas, va a ser recalificado en el nuevo Plan General de Alicante como edificable para poder construir viviendas en edificios de siete plantas. En estos tiempos de tijeretazos y falta de presupuesto para acometer cualquier inversión, se va a dar luz verde de derribo a un edificio que se encuentra en aparentemente magníficas condiciones de conservación y que con una pequeña inversión para acondicionarlo, podría servir entre otras muchas cosas para fines sociales como: centro de salud, centro de tercera edad, centro cultural, etcétera.

Quisiera hacer notar que el asilo fue construido con la donación del suelo y sufragada su construcción con ayudas de todos los alicantinos y que se ha mantenido con más ayudas del Ayuntamiento, la Diputación, cuantiosas limosnas de familiares, trabajo voluntario y gratuito de sus esforzadas monjitas y algún que otro ciudadano desinteresado, más las pensiones de todos los asilados y la recaudación anual de la corrida de la beneficencia.

Y fíjese usted que no he mencionado los once mil millones de euros que anualmente el Estado da a la Iglesia Católica, la parte correspondiente del otro 0,7% de ayudas a ONG, en que casualmente la parte del león también le corresponde, por no hablar de las exenciones de IBI y otros impuestos.

Fuente: informacion.es